Poder, dinero y sangre: estos son los valores a los que los residentes de la provincia de Nápoles y Caserta tienen que enfrentarse cada día. Casi nunca tienen la posibilidad de elegir, y casi siempre están obligados a obedecer las reglas del "sistema" de la Camorra. Sólo un pocos afortunados pueden llegar a pensar en llevar una vida normal.
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